Edificio Público: preservar el papel social esencial en tiempos de crisis
Para los edificios públicos, comunidades, municipios, todos los organismos públicos y arrendadores sociales, la gestión de las energías del patrimonio inmobiliario plantea múltiples y complicados problemas:
– Evitar la obsolescencia de los edificios con un mantenimiento oportuno
– Mejora de la comodidad de los ocupantes al tiempo que se optimizan los costes de alquiler
– Garantizar un servicio público de calidad a un precio justo
– Sea transparente para los usuarios y presente informes de consumo precisos y verificados automáticamente
– Y sobre todo, hacer frente a los inevitables y esperados aumentos de costes energéticos y saber gestionar las reducciones de recursos, como por ejemplo para la distribución de agua.
La solución está en la eficiencia desde dos ángulos diferentes:
– Eficiencia energética:
o Identificación de pérdidas, fugas y otros residuos
o Optimizar haciendo coincidir el uso y el consumo de energía
o Reducir el consumo y otros costes relacionados con la energía como transporte, almacenamiento
o Conoce perfectamente tus necesidades y planifícalas para comprar al mejor precio y en el mejor momento
– Eficiencia operacional:
o Reducir los tiempos de procesamiento y terminar con los archivos de Excel de una vez por todas
o Automatice la facturación, suscripción y otros flujos de documentos
o Erradicar errores de procesamiento manual
o Visualiza todos tus datos energéticos de todas tus energías en un mismo software que también puede ser el portal de información para tus usuarios
o Responder a nuevas regulaciones y nuevas restricciones de informes sin invertir mucho
Tal simplificación permite promover un enfoque ambiental positivo y virtuoso con funcionarios electos, ciudadanos y también usuarios, ciudadanos, como recomienda el excelente informe publicado en http://energie-citoyenne.ch/: Compromisos hacia una mayor sobriedad La energía puede tomar muchas formas. Son una oportunidad para mantener una sociedad más resiliente, más fuerte porque es capaz de adaptarse a los choques. Requiere una inversión voluntaria. Cada persona física o jurídica, ya sea un actor privado o público, una empresa, una asociación, un ciudadano, un individuo, un Estado o incluso la Confederación, puede desempeñar un papel («haciendo su parte» como la famosa leyenda del querido colibrí a Pierre Rabhi).